martes, 11 de noviembre de 2008

poesía amorosa corta un poco surrealista y casi mórbida, sin rima y en prosa

Un florcita brotó de tus ojitos muertos. Las avispitas de la vida volaron felices desde tu boca y tú exhalaste tu último suspiro.
Ya no soy yo. Tú tienes mis ojos y mis piecesitos. Ya no soy yo la que está acá dormida. No soy más la que habitaba este cuerpito.
Ay de aquel que profane nuestra tumba, de envoltorios de caramelos y chapitas y celofán.
El pescadito del arroyo cantá tralaralaila mientras la corriente nos lleva, muertitos los dos.
Te amo primor, estamos muertos y felices somos los dos.

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