jueves, 9 de octubre de 2008

Si conviviera con vos...


Te senti caer, despacio, por debajo de la mesa.
mis medias de lana rozaron tu cara y tú lloraste
me besaste los pies y me mordiste los dedos de las manos
me susurrabas "te amo", a través del mantel
y yo desde arriba miraba por la ventana
como las alondras del deseo cruzaban el cielo formando Xs e Ys
y pensé:
como los cromosomas somos, somos como cromosomas
somos como códigos genéticos,
como números, como astros,
como nubes, como montañas,
como animalitos salvajes, como conejitos en la pradera gris.
te lo comenté y vos te reístete reíste mucho, mucho.
yo sentía que te amaba
y me dejé resbalar por la cornisa de la silla
y llegué a vos
mi dulce angel a cuadros escoceses.
te reías aún y me besabas las manos
y yo reí con vos y vos me besaste el pelo
y te reías en mi pelo y yo te besé el cuello y las orejas,
así no nos molestaban los ruidos del afuera.
del afuera del tiempo.
del afuera de la historia.
del afuera de la nada.
y como aún continúabamos riéndo
y besándonos y acariciando nuestros corazones
fuimos felices,
aunque sea, ese instante,
allí, bajo la mesa, ese lunes a la mañana,
antes de salir, cada uno, a su rutina diaria.

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