sábado, 30 de julio de 2011

24/10/2009 (fragmentos)

De qué sirven las modas


si, finalmente,

los cuerpos terminan desnudos,
uno frente al otro
en el amor
en el nacimiento
en la muerte.

Toulouse-Lautrec, Klimt, Sartre,
Dumas, Cortázar, Jodorowsky, Duras,
Goethe, Breton, Kahlo, Neruda, Aznavour, Piaff ...
El amor es distinto.
Es otra cosa.
Duchamp y su afiliación a la obra.
Duchamp y su maldita afiliación a la maldita obra.
El artista. El amante.
El medio.
El objetivo.
El fin último.
La misión.
...la afiliación, sí...

La iluminación.


Cuerpos desnudos danzando haikus en idiomas desconocidos, fervorosas banderas ondeando en el cielo más amarillo de un naif barroco y deliciosamente parecido al escozor provocado por la sal.
Aromas a chocolate, licores, vainillas, mentas de oriente y anises de harenes importados de cuentos de mil y unas noches de pasiones dramatúrgicas.
/Bailarinas bauchianas moviéndose con FF en altos volúmenes en un cepia oscuro y plagado de hojas secas.../
Frenéticos sacudones provocados por el deseo... gritar, gritar colgados de un puente!
Y parejas reconocidas en una foto, en una pintura del siglo XIX...
Cuerpos desnudos danzando haikus en idiomas desconocidos... poemas escritos para el viento, para la selva, para esos animales salvajes que se recuestan a leer cuentos de poetas malditos mientras sus cuerpos divagan en aires andinos rebosantes de oxígenos...
Y puede ser más. Y puede ser eso que usted diga. Y eso otro, también...

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