lunes, 24 de agosto de 2009

Composiciones hermosas.


Me imagino un rayito de sol, de un sábado a la mañana en otoño, y nosotros juntando hojas para no ensuciar el patio. La gatita juega con las hojas secas yyo me río y vos la perseguís. Los dos corren detrás de las hojas. Me río, me río mucho. Riego las plantas y la sombra de la parra se proyecta directamente encima de mi cabeza, mientras el rayito me da justo en el ojo cuando te miro mirarme mientras con una mano con barro me corro el flequillo, porque la otra está llena de yuyos y la palita. Empieza a sonar la pava y vas corriendo a apagarla así sebás unos mates con hierbitas serranas, de esos que te salen bien a vos y mí no porque me cuelgo...
Yo prefiero tomarme un té, te lo digo aunque es un poco evidente porque vos me respondés de qué tipo quiero. "Preparame vos el de manzana, canela, miel y pimienta." Ajá. Ahí no sé si sabés hacerlo. Y sí, me sorprendés con tu maravillosa calidad de cocinero dándome un hermoso té humeante y caliente, perfecto para la mañanita. La gatita se distrajo con el chorro de agua y nosotros nos distrajimos y todo es un barrial terrible pero nos reímos, total falta para el mediodía y el almuerzo y tenemos la mañana de jardinería. Y sigo sin poder imaginarme cómo se hace para que se formen las lagunitas en el pasto para que los pajaritos tomen, porque el agua se pone fea, y vos decís que ya lo vas a arreglar. Sabés que me molesta ese tono y sin embargo me encanta porque mañana lo vas a tener solucionado. Me sorprendés con el te y con esto. Pero vas a ver que no me ganás en el tutti frutti. Esta noche es la revancha, querido. Mientras tanto el té se terminó y te cansaste del mate, la gatita se fue a dormir y el sol pega fuerte. Nos contentamos con quedarnos así sentados, uno al lado del otro, tomando esos rayos de vida en la cara y las manos. Esas manos que están llenas de tierra pero no importa. Total estamos solos. Total, la gatita duerme. Total el patio es todo nuestro, aunque sea chiquito. Con un beso me levantás y me sentás en la ventana y me muero de la risa porque estamos llenos de barro y eso me encanta. Y nos besamos así llenos de barro de otoño, bajo los rayitos de sol de la parra, con la gatita durmiendo, y ya pasado el mediodía.

1 comentario:

Javier Pallero dijo...

Un imagen que vale mas que las mil palabras justas y bellas...que me pintan éste cuadro, qué imagen!.