domingo, 12 de octubre de 2008

A CONTINUACIÓN..... (3)

BOCETOS PARA UNA OBRA DE TEATRO.
En esa época me inquietaban (hoy también) la destrucción de los edificios tradicionales cordobeses, así como la violencia contra la mujer.


UN CUARTO.
VIOLACION A LOS DERECHOS DE LA MEMORIA Y EL RECUERDO DE UNA CIUDAD.

Quiénes:
Mujer. (1)
Hombres. (5)


Un cuarto, blanco, impecable, con dos entradas a los laterales, enfrentadas.

Daiana o Elvira, sola, en el cuarto, sobre un taburete lo suficientemente alto, vestida con una tela blanca, grita.

-No me van a derrumbar!! Juro que no me van a derrumbar!! No voy a caer!! Nooo!!!

Se va tensando y mientras habla levanta los brazos al cielo como a dios, cuando grita, pareciera que fuera a caerse, llora y gime, pero se mantiene erguida.

De repente entra un hombre por una puerta a la izquierda. Silencioso. El vestuario es indiferente. Pasa por el frente y violentamente sacude el banquito, tratando de derribar a la dama, pero esto no tiene que ocurrir.Indignado. Le grita y sale furioso por derecha.
Ella llora en silencio.

Por la puerta, entran dos hombres, uno muy bien vestido de traje y el otro con uniforme de trabajo, ingeniero tal vez, casco y botas.
El de traje: -Quiero que para el martes de la semana que viene me la saque de acá. Yo no puedo seguir esperando a que esta señora se vaya sola. Será a la fuerza. (Se da vuelta y se dirige a ella) Porque usted debería saber que esto es propiedad privada, esto está en manos de la empresa hace ocho meses!
La Mujer quiere responder pero llora.
El ingeniero: -Esta bien. Mire Velásquez, yo le prometo que incluso para el viernes estaría pero que la señorita López es de una organización de recursos humanos y que dice que esto es una violación y que ella tiene derecho, que su familia…
El de traje: -No me importa, carajo! Pero mire que tener que estar discutiendo esto con ustedes! (mira el lugar, no vagamente, lo observa, observa a la Mujer y parece pensar, así, se va, seguido de lejos por el ingeniero).

Apagón fugaz.

Música. (***)
La Mujer no está, ni el banco.
Arena en el suelo.
Apagón fugaz.
Legos o ladrillitos de plástico grandes en el suelo.
Apagón fugaz.
Torrecitas y construcciones a medio terminar (de legos).
Apagón fugaz.
Una foto muy grande de un gran y hermoso edificio. Puede colgar, o estar de pie, etc.
Apagón y se detiene la música.
Sonidos de golpes y explosiones.
Se prende la luz y solamente se ve la arena.

Entra obrero llevando un bulto grande envuelto en sábanas blancas, lo deposita en el suelo, le da una patadita de verificación y se va, pero antes de salir, se sienta al lado de la puerta, en el suelo.

Al rato, el bulto se empieza a mover y desenvolverse. Débiles quejidos. Se ve sangre en el lienzo del lado de adentro. Es la Mujer que está golpeada y sangra por el labio y la ceja. Tiene un bello vestido con encajes de color rosa pálido que debe ser o dar la impresión de antigüedad, de principio de siglo XX. Por lo demás, ella nunca ofrece aspecto de débil ni de arruinada.
Se levanta débilmente, sin ver al hombre, y saca de sus ropas, de una bolsita que guarda dentro de la falda, tal vez, papeles, viejos y arruinados, nuevos y con membretes impresos, notas de diarios, unas fotos, etc. Verifica que todo está sano y lo guarda con meticuloso respeto.

El hombre se ríe por lo bajo y en silencio se retira por la abertura.
Ella queda sola, en el suelo, sentada en posición que debe señalar que está frágil pero no derrotada, es decir, juntando fuerzas de nuevo, puede ser de rodillas, o con las piernas juntas.
Se recuesta y como en un sueño dice:
-Yo tenía catorce años. Mis padres habían decidido mudarse porque mi hermanito ya era más grande, pero a mí nunca me gustó la casa nueva. No tenía ni sótano, ni balcón, ni el patio enorme. Ni quedaba cerca de la plaza. Después durante mi adolescencia y más de grande no lo lamenté porque estaba cerca del centro. Pero cuando volví a pasar por ahí, cuando me estaba por mudar, y después, cuando nació Martín…yo hubiese querido que ellos viviesen en mi casa de chica. Pero convenía venderla para comprar un departamento más nuevo.



Muchas estampitas de santos populares cubren el suelo. Apagón, se oyen voces como en oración:
“te pedimos que no destruyan mi casa…..que no destruyan mi casa…”


(***) ver.

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