¡Viva la Vida!

Y empiezo este texto con esta bella y simple frase de Frida Kahlo (la pienso en ella) porque quiero decir yo misma: viva la vida! Ella, tan vital. Ella tan cruel. Tan viva, tan mujer.
Ella, como Gala, quienes, ambas, vivieron su vida al límite entre el hedonismo, el placer de lo cotidiano, los amigos, el amor, el arte. A ellas y a ustedes va este sentido y atrasado homenaje.
Digo atrasado porque ayer debería haberlo escrito.
El sábado caí en la cuenta de que la vida merece ser vivida. De que yo merezco vivir. Y si he de esperar la muerte, he de tratar de engañarla hasta el límite.
Voy a vivir. Lo decidí el domingo a la noche. Nada de andar presumiéndole a la Parca nada.
Gracias, ahora lo digo, al fin, a ustedes, mis amigos, porque sin ustedes (sabe cada uno su rol particular), especialmente sin vos Franco, Adrián, Vicky Monti, Lu Stille, Gabi (Maga), no hubiera sido posible para mí salir de este asqueroso tunel. Yo no hubiera sido capaz de realzar el valor de la vida sin ustedes.
Yo reconozco que no estoy bien...pero a la mierda con eso! Si no lo decido, no puedo continuar.
Eso fue, una tremenda desición. Fue decir sí. Sí quiero vivir. Cueste lo que cueste.
Así esté sola, en un lugar que no me corresponde, estudiando algo que ya no me da el placer que me daba antes, metida en este terrible pozo de porquería que es la facultad, lejos del lugar de mis sueños, bloqueada creativamente, con frío, sin luz del sol, sientiéndome lo peor del mundo, fea e inútil....qué carajo le importa al mundo!
Y a mí qué carajo me importa asimismo que al mundo no le interese.
Aprendí que mi misión es ser una sonrisa para muchos. Es ser una palabra.
Que en teatro, yo voy a hablar de temas de los que nadie ya habla. Yo voy a hacer un teatro pobre de caretas y rico en cuanto a que busco crear conciencia de la vida.
Y si me teatro no está de moda y no se asemeja al teatro de Berkoff y de Duras, que mierda me importa.
Qué me importa si no le gusto a ese Narciso desarrapado y aporteñado.
Si tengo mil corazones a donde llegar, si el mundo me necesita tal cual soy, así, llegando tarde a cada una de las clases, durmiendo varias muchas horas por día, escribiendo en cuanto papel encuentre, cantando canciones en romaní y vistiendome de lanaaaaa en pleno inviernooooo!
No soy sexy, no soy cómica, no soy una estudiante ejemplar, no soy la hija que mis padres académicos y tradicionales hubieran querido tener. No soy una compañera súper social y tengo cada mambo que a veces asusto. No me gustan los nenitos pero sueño con tener mi hija. Camino por la calle y no me fijo en los semáforos, como cosas irrisorias, me indigna que la gente me cuestione mi postura frente al consumo de carne, no creo en Dios, me río de la Iglesia.
Y sin embargo sé que llegaré tarde hasta el día de mi boda con mi hippie rubio (jajaja), dormiría días enteros, seguiré escribiendo y sé que a algunos le gusta, amo el romaní y en algún lugar de mí tengo una gitana, amo la lana, y abrigarme, y dormir acurrucada, y abrazar y quedarnos así horas. Me siento bien no siendo sexy y hago reír sin saber de qué, me río de los buenos estudiantes, los admiro, sí, pero jamás en mi vida me concentré en claseeee (Gabiii, 4° grado, matemática, muñequitas, pipas, banco del fondo, ja), mis padres tendrán que soportarme así de loca, mis compañeros creo que en algo me quieren, ya lo dije, Gaia es uno de los sueños de mi vida, junto con san marcos. De morir aplastada me han salvado muchas veces y sé que seguirán haciéndolo, mis comidas tratan de ser sanas, jaja, pero hay cosas, como el chocolate, que me puede. No volveré a comer carne, ni a creer en Dios. Me voy a enamorar con seguridad de un cura pero lo voy a dejar ahí. Creo en lo que creo y no tengo palabras para expresarlo, sólo estoy bien así, buscando mi comunión con la naturaleza y el cosmos...
Así soy yo y si escribí esto ( y queda taaaaaanto más) es porque me estoy reivindicando, estoy anunciando que quiero vivir, les estoy pidiendo que no me dejen hacer pavadas, les estoy agradeciendo y porque sí, soy re pública, enterense, total uno sabe en qué cosas se esconde.
Au revoir.